DIA MUNDIAL DEL TURISMO Y TURISMO SOSTENIBLE

Hoy es 27 de septiembre "Día Mundial del Turismo" (http://www.un.org/es/events/tourismday/), y este año la Organización ha declarado que es el "Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo" (http://www2.unwto.org/es/tourism4development2017)

Pareciera ser una fecha más para el inmenso sector turístico mundial, que ha mostrado entre la mayoría de sus actores, francamente indiferente hacia la conversión a un modelo de sostenibilidad, y mejor aún de sustentabilidad, pese a que este sector ha sido y disciplinado en la formulación de políticas y normas que lo promuevan desde la década de los 90´s, pero poco eficaz en su aplicación.

La problemática ambiental global hoy pone en claro riesgo la viabilidad de esta actividad económica, debido no sólo a los problemas asociados a la absurda contaminación de aguas, tierra y aire, sino al ya evidenciado cambio climático que conlleva abrumadores desastres naturales de tipo climaticon (huracanes, sequias, etc.) y geográfico (perdida de playas, desertificación, etc), aunado todo esto a la pérdida del patrimonio natural y cultural, que son el factor de atracción a los destinos.

Pero más preocupante es la agudización de la pobreza, como expresión de un modelo económico excluyente y expulsor, que ha estado agudizando la ya compleja crisis social de nuestra sociedad contemporánea, donde a la comunidad local prácticamente se la ha negado la condición de ser la auténtica comunidad anfitriona, ejerciendo autonomía, autarquía y autoridad en su territorio/destino.

Ordas turísticas sin ningún sentido de respeto al territorio que los acoge,han acarreado al deterioro de destinos que se enfocaron en el turismo masivo, normalmente de sol y playa, invadiendo y saturando el espacio público, contaminando en grandes volúmenes debido al consumismo exacerbado, rompiendo el tejido social de los barrios debido a la dispersión urbana de los alojamientos turísticos, mucho de ellos informales.

La demanda turística pareciera estar creciendo en torno a prácticas que van contra toda expresión de la ética humana, viendo reflejada su nefasta conducta en la pauperización de la infancia, que impulsada de manera soterrada por los adultos, ha llevado a la niñez a la mendicidad ante el turista, conducta que abre las puertas a una niñez que se va convirtiendo en objeto sexual mediante la prostitución y que finalmente entra al mundo del microtráfico de narcóticos; todas formas de una vil esclavitud moderna y reflejo de la pérdida de la identidades culturales de las comunidades locales.


La otra cara de esta realidad es un turista que pareciera que hubiera perdido la capacidad de elegir viajes que le contribuyeran a su desarrollo personal, al desarrollo de esa dimensión lúdica que nos permite crecer como personas integrales, mediante la expresión de nuestra creatividad, mediante la capacidad de re-crearnos en el viaje, a través de la sana actividad física, la sana socialización con otros viajeros y con la comunidad anfitriona, creciendo en actitudes y acciones responsables para con la cultura y el ambiente que lo acogen. El turista de hoy pareciera que está perdiendo paulatinamente su condición de sujeto para volverse un objeto en una actividad hiper-consumista,

Tampoco veo un compromiso desde la academia, desde las universidades y centros de formación pues siguen formando profesionales sin capacidad crítica para discernir desde la ética las maneras cómo se debe intervenir un modelo de desarrollo. No basta con enseñar técnicas y tecnologías propias de las múltiples y variadas praxis de los subserctores inmersos en la actividad económica del turismo, urge profundizar en la formación crítica, reflexiva, propositiva, sustentada en metodologías de intervención para un turismo que debe reconocerse como una realidad compleja, desde el pensamiento sistémico, estudiado desde abordajes interdisciplinarios y con una proyectación participativa para la gestión territorial, buscando expresarlo hacia el turista desde la ludicidad. Urge acometer con decisión la reflexión epistemológica de los saberes asociados o vinculados hoy día al turismo.

No veo motivos para conmemorar esta fecha como si fuere una celebración o una fiesta, más bien, solo veo motivos para invitar a reflexionar sobre la urgente necesidad de revisar nuestro modelo de desarrollo en sus aspectos sociales, culturales, biofísicos y económicos. El turismo sostenible debe entenderse como una apuesta integral por un nuevo paradigma para orientar el desarrollo humano, enfocado en el mejoramiento de la calidad de vida tanto de la comunidad anfitriona como del turista que espera del viaje un vivencia humanizadora y re-creadora.

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